Preocupado, es una auténtica calamidad desgraciadamente ya producida. A los pilotos se les pide más que el espíritu olímpico: Citius, altius fortius. Más lejos, más alto, más fuerte… y se les deja que se enfrenten a todas las circunstancias previstas e imprevistas, como si realmente fueran miembros del Olimpo. Lástima que no sean verdaderamente dioses. Y encima son reos y siempre declarados culpables…
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